Oscar David Echeverri Botero
El dinero, una fuente de recursos limitada que puede potencializar tus sueños, o pulverizar. Hay personas que ven el dinero como un medio para alcanzar sus metas, vivir bien y ayudar a los demás, sin embargo, no es lo más importante en sus vidas. Otras, en cambio, los consume tanto, que pierden su norte, se destruyen ellos y a sus seres amados, terminan enfermos y ni siquiera todo el dinero que consiguieron les devuelve su salud. Sin mencionar lo que puede hacer con la integridad de las personas enceguecidas por él.
Sigue estos conceptos básicos, si los dominas, puedes alcanzar tranquilidad financiera.
Lo primero es sacarnos de la cabeza que no hay gurús financieros, que nadie te puede asegurar que triplicará tu dinero en un mes y sin correr alto riesgo con tu capital, si te aseguran esto, lo más sensato es salir corriendo. Paso a paso construyes riqueza, es decir, si ahorras sistemáticamente y tienes claridad que el mejor momento para empezar a invertir es hoy, llegarás más rápido a tus metas.
Debemos ser conscientes que nada nos impide triunfar, que las limitaciones que nosotros tenemos no son impuestas por otros, son impuestas por nuestras creencias, nos contamos tanto esas mentiras que las terminamos creyendo. Esto influye notablemente en tus finanzas, ya que así quieras conseguir algo y lo tengas presente de forma consciente, si tu inconsciente no está alineado con estos deseos, seguramente te mostrará la forma de caer nuevamente en malos hábitos, en malgastar tu dinero y en aplazar tus sueños, justificándote con el “…es que yo soy así”.
Si tienes metas claras, definidas con un tiempo retador y alcanzable, te ayudará a enfocarte, a permitir que este objetivo cale en tu inconsciente, así éste comienza inmediatamente a trabajar para convertirlo en realidad, a buscar los medios para lograrlas.
Comienza ahorrando mínimo el 10% de tus ingresos, es decir asegúrate de pagarte a ti mismo cuando recibas un ingreso, separas el 10% y vives con el 90%. Incrementa el porcentaje de ahorro / inversión cada que puedas, ya sea que recibas un aumento, una bonificación o un dinero extra.
Alcanza lo siguiente y verás cambios no solo en tus finanzas sino en tu salud en general:
- Conviértete en Inversor, no solo en consumidor.
- Reserva siempre un porcentaje de tus ingresos al ahorro (mínimo el 10%), constantemente.
- Busca nuevos ingresos y ahórralos.
- Diversifica tu portafolio, «no metas todos los huevos en la misma canasta».
- Vence tus limitaciones mentales, siempre puedes.
- La claridad en tus cifras, te da poder. Conoce tus finanzas, mídelas. Así como la salud física se puede medir, también tu salud financiera.
- Elimina gastos hormiga, puedes prescindir de suscripciones y limitar las salidas costosas.
- Aumenta tu valor con lo que ofreces, renuévate, haz más por las personas, decide dar más de ti, así ganas más.
- Separa tus inversiones por plazo, riesgo, objetivo, no mezcles el corto plazo con el largo plazo.
- Revisa en qué etapa de la vida te encuentras, influirá en el riesgo que debas asumir por tus inversiones.
- Reequilibra anualmente tus inversiones, así tendrás una diversificación adecuada según tu realidad económica.
- Cuando hay caídas en los mercados (financieros, inmobiliario) puede haber oportunidades de inversión.
- Conoce en lo que inviertes.
- Mide tus ingresos, tus gastos, lo que no se mide no se controla, por tanto, no se mejora.
- Haz un presupuesto mensual, alinéalo con tus metas y cúmplelo, te ayudará a tener límites.
- Gestiona bien tus deudas, aprende a optimizar tus tarjetas de crédito. No te endeudes para cubrir otras deudas.
- Crea un fondo de emergencias, pronostica riesgos.
- Cuando vayas a comprar y caer en el consumismo, escucha la vocecita: ¿… realmente lo necesitas?, Evita las compras por impulso, emocionales. ¿Es un capricho o una necesidad?
- Entendamos que lo que nos hace ricos de verdad y ahora mismo… es dar.
- No confundas ahorrar con ser tacaño, todo exceso es malo.
- ¿Sabes invertir? Busca asesoría financiera confiable y te potencializarás. No juegues con tu dinero ni arriesgues tu tranquilidad emocional.
Oscar David Echeverri Botero